Tratemos de hacer cada cosa de la mejor manera posible. Estar al servicio de la gente, sean nuestros clientes, alumnos, relacionados, audiencia y hasta familia.
Me preocupa que he visitado lugares con la intención de comer y pasar un rato agradable y termina siendo una velada terrible por el mal servicio.
Falta de cortesía de quien atiende, mala cara, desmotivación, etc. Quien nos atiende en la mesa es el embajador de ese local, para mí tan importante como quien cocina.
Cuando decidimos salir de casa para comer, no lo hacemos sólo para satisfacer esa necesidad primitiva de saciar el hambre, la hacemos para distraernos, acumular un bonito recuerdo junto a las personas que nos acompañan.
Vivo en Lechería, una pequeña y linda ciudad ubicada en el norte del estado Anzoátegui, Venezuela, aquí en los últimos años han abierto muchos restaurantes, de diferentes estilos, con variadas opciones gastronómicas, confieso que me faltan muchos por conocer, porque aunque de alguna manera es un “trabajo” el que hago al reseñar sobre lugares que visito, hasta el momento no es algo que monetizo, son recomendaciones 100% sinceras desde la experiencia, así que voy haciendo contenido según mi disponibilidad de tiempo, y claro también de presupuesto, porque comer todos los días o muchos días en la calle, requiere tener un buen presupuesto.
Además no sólo genero contenido gastronómico, también turístico y cuento historias de la Gente de Aquí, así que soy una clienta más, que paga por un servicio, y eso me da la “autoridad”, como se la da a todos los que vamos a lugares buscando pasar un rato diferente, de “exigir” ser bien atendidos, comer bien y tener una bonita experiencia.
Anoche fui con mi familia a un lugar que ya conocía, al que he ido un par de veces porque me gustan sus hamburguesas, mis hijos comen alitas y tenders, nos tomamos unas cervezas, conversamos y los chamos hacen con sus amigos una actividad deportiva que en el local ofrecen. Sólo habían dos mesas con clientes, el mesonero se sentaba en la barra y había que pegarle grito o chiflar para que viniera, ya allí estaba mal la cosa, deben venir a la mesa de manera constante, a ver qué hace falta, a limpiar el agua que las cervezas dejan, en fín a estar pendiente de sus clientes, sin llegar a ser invasivos, claro.
Cuando llegó la comida, las papas estaban horribles, allí venden las papas por separado, y bueno pedí para cada uno, pero de 4 dejamos la mitad, estaban tan “enchumbadas” de aceite que eran incomibles, bueno mi hijo adolescente se comió las de él y las mías, por eso quedó la mitad, pero hoy amaneció mal del estomago. Cuando el mesero retira las bandejas le comenté que las papas estaban horribles, me contestó, “sí, es que se acabaron las que usamos y usaron esas”. ¿Por qué un cliente tiene que pagar por algo qué está mal?, si no es lo que usualmente ofrecen, pienso yo tienen dos opciones: deben advertir al cliente para que decida si lo quiere o no, o simplemente decir, “Hoy no tenemos papas”, porque al final el del local cree que “gana”, bueno sí, se ganó ese dinero, pero tuvo unos clientes que dejaron la mitad del producto.
Si hubiese seguimiento, supervisión, y por ende la calidad del servicio fuese algo medular en ese negocio que hoy coloco de ejemplo, las papas no hubiesen salido, y si por alguna equivocación salieron así y el cliente manifiesta que no están buenas y es evidente porque las está dejando, yo como líder del local me disculpo, acepto la observación y no cobro ese plato.
Pero mayormente la gente no hace eso, a veces hasta se ponen a discutir con el cliente, tratando de convencerlo que el equivocado es él, ¿Qué termina pasando?, ciertamente el local factura ese día, pero ese cliente que se sintió mal atendido, que comió mal, no lo va a recomendar, peor aún, puede que cuando alguien mencione el local hable de la mala experiencia y finalmente, es muy probable que decida no regresar.
Así que como digo al principio, “tratemos de hacer cada cosa de la mejor manera posible y estar al servicio de la gente”, del trato que esa persona que atiende la mesa depende el trabajo de sus compañeros de cocina, del que limpia, el personal administrativo y depende que la inversión que hicieron los dueños se recupere y se multiplique, porque si decae el servicio, el negocio muere. Así que animen a su personal a trabajar con la mejor disposición, eso lo percibimos quienes nos sentamos a disfrutar de una rica comida en sus locales.
Yo apuesto siempre a lo positivo, me tomo la licencia de escribir estas líneas, no para “exponer” a un local, pues sé el esfuerzo que cada empresario está haciendo para mantener abiertas las puertas, generar empleos y prestar un servicio. Con estas crónicas busco que quienes trabajan en estas áreas comprendan un poco la posición de nosotros los comensales, es simple: queremos comer rico, pasarla bien y ser bien atendidos.
Soy Ysbelsy Hernández
Periodista, creadora de NoticiasdeAqui, Saboresyviajes, trabajo en Dinámica 103.3 FM todas las mañanas, y hago asesorías comunicacionales.