Ir a Carora para probar la cocina de Ramón era una de mis cosas pendientes, en la vendimia de Bodegas Pomar de agosto del 2019 pude cumplir ese anhelo, y les digo que me quedé corta con las expectativas.

Primero fue nuestro anfitrión en la bodega en donde armonizamos el espumante Brut Rosé, que por cierto acaba de ganar una medalla en Alemania, allí presentó unas armonias delirantes, entre ellas el lomo prensado, un clásico de la cocina caroreña que Ramón y su equipo han sabido mantener para el disfrute de propios y visitantes.

Obvio que no me quedé sólo con eso, y junto a mi esposo, los niños (eran niños ya son gente grande), y nuestro anfitrión Edgar Ramírez, no el actor, pero sí artista, dueño de la posada Cují, visitamos Ajilao. Fue una experiencia extraordinaria, porque Ramón personalmente atiende y conversa con sus comensales, algo que yo amo.

Me contó, que es publicista de profesión, pero gracias a su mamá se acercó a los fogones, cocinaba para su familia, en su restaurante trabaja con ellos también, es un lugar pequeño, acogedor, de esos en que te sientes en casa.

Probamos su clásica pizza caroreña, que es masa con una base de crema de caraotas, chicharroncitos, y queso de cabra. Comimos otros platos, pero ya no recuerdo bien, lo que sí tengo intacto en mi memoria es la calidez de su servicio, la energía que Ramón transmitía tanto en el evento de Bodegas Pomar como en su restaurante.

De mi visita a Carora se cumplen este mes cuatro años, imagínense cómo será de impecable y excelente el trabajo de Ramón que sigue participado como cocinero en las vendimias y otros eventos de la marca Pomar y ahora PAN Venezuela lo nombró “embajador”, algo super merecido y que en la distancia nos llena de orgullo.

Si tienen oportunidad de visitar Carora no dejen de ir a  Ajilao, su comida y servicio es un tributo a la buena mesa, y resalta los sabores e ingredientes de la cocina larense.

Felicidades Ramón