Lo lógico y justo, es que esta mujer que se dedica a una tarea tan importante como lo es la educación, pueda vivir del sueldo que devenga con el ejercicio de su profesión, sin embargo no es así, y para poder salir adelante está vendiendo cotufas.

Conocimos a Lauris Sánchez frente a la Catedral de Maturín, nos contó que el pasado diciembre estaba en casa sin dinero, ni comida, escuchó en la radio que las fiestas de la ciudad serían presenciales y como a su esposo le habían regalado un carro para hacer cotufas, lo animó para ir al centro a vender.

Pidió prestado 10$ a su hermano, con ese dinero compró bolsas de papel, sal, maíz y así comenzó a trabajar cada tarde frente a la @catedraldematurin

En las mañanas Lauris acude a la escuela en donde labora, la cual queda a unos 40 minutos de su casa. Dice amar su trabajo, por eso, aunque con lo que gana no vive, no lo deja. Ella como muchos educadores venezolanos tienen la esperanza que las cosas van a mejorar y serán reconocidos.

Esta mujer es digna de admiración, con una sonrisa en su rostro vende sus ricas cotufas y nos demuestra con su resilencia que las mujeres venezolanas son grandes.

Cuando vayan al centro de #Maturín pasen comprando cotufas a Lauris, a la gente que le «echa 🟡🔵🔴 en Venezuela» hay que apoyarlos.

Gracias Lauris por tan gran ejemplo de humildad, optimismo y ganas de seguir apostando por el país.